Un fuego en la distancia
Pokum siguió andando toda la mañana, el paisaje variaba tan poco que más de una vez creía haberse perdido. Durante toda la tarde tuvo una sensación muy desagradable, algo parecía no andar del todo bien...
Pasaron las horas y Pokum tuvo que internarse en las profundidades de un bosque. Era muy espeso, tanto que dificultaba la vista más allá de unos metros. Además ya no solo Pokum tenia ese sentimiento de malestar. Su preciada mascota empezó a comportarse de manera extraña, sin duda, Roht estaba muy nervioso.
Cuando el Sol se ocultó, Pokum decidió preparar el campamento. Sería demasiado peligroso seguir viajando de noche por aquel bosque. Recogió unas cuanta piedras, las colocó en forma de circulo, también buscó algo de leña y encendió un fuego, después se echo a dormir y aunque el bosque estaba totalmente en calma, Pokum seguía teniendo esa sensación tan desapacible.
A mitad de la noche Roht se despertó de forma brusca, había escuchado un silbido cercano, despertó a Pokum con un par de lametazos en la cara. Pokum se puso en pie de un salto, en ese mismo instante una flecha se clavaba donde instantes antes estaba durmiendo. Percatándose del ataque Pokum , silbó muy fuerte y mientras buscaba algo entre sus ropajes, se parapetó detrás de un árbol.
Justo cuando llegó detrás del árbol, seis hombres, armados, entraron en el claro donde Pokum estaba pasando la noche. Los bandidos gritaron: - ¡Sal de ahí cobarde! Danos tus pertenencias o prepárate a morir-. Sin ningún tipo de miedo o duda en su rostro, Pokum salió del árbol que le resguardaba, levantando una esfera de color verde, y dijo una palabra ininteligible. En ese momento un oso irrumpió en la zona, y mientras los ojos de Pokum se volvían de color verde esmeralda, el Oso aumento varias veces su tamaño.
El líder de los asaltantes asustado al ver tal monstruosidad salió corriendo, el resto, viendo que su líder había huido, intento hacer lo mismo. Para tres de ellos fue demasiado tarde, una de las impresionantes garras del oso golpeó a uno, tal fue la violencia del golpe, que salió volando y golpeó a otro de sus compañeros, haciendo que ambos cayeran al suelo. Mientras golpeaba al primero, el oso, lanzó un mordisco a otro de los asaltantes, que intentó esquivarlo, sin obtener éxito alguno.
Pokum pronunció otra palabra, tal y como se desvanecía el brillo verdoso de sus ojos, el oso volvió a su tamaño original. Se acercó y le dijo: - ¡Gracias Drack! Puedes marcharte otra vez si así lo deseas- pero el animal no se movió. Pokum se volvió a tumbar y se intentó dormir, el próximo día sería largo.
A la llegada del amanecer, Pokum se levantó y se puso a andar, a las dos horas salió del bosque, en el horizonte observó una columna de humo, había fuego en la distancia...
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